Si hay algo que nunca falta en casa es la música. Desde una canción suave para dormir hasta ese tema que suena en el auto y mi hijo canta a los gritos, desafinado y feliz. Y aunque muchas veces lo vivimos como algo cotidiano, incluso de fondo, la música tiene un poder enorme en el desarrollo infantil.
Más del que imaginamos 💫
¿Por qué la música es tan importante en los primeros años?
Porque estimula el cerebro de una forma única. Desde que están en la panza, los bebés responden a los sonidos, y ese vínculo se va profundizando a medida que crecen. Escuchar, cantar, moverse con ritmo… todo eso activa múltiples áreas del cerebro y potencia habilidades fundamentales.
💡 ¿Sabías que…?
Los niños expuestos a la música desde pequeños desarrollan mejor la memoria, la concentración y el lenguaje.
Un estudio de la Universidad de Southern California mostró que aprender música mejora la conectividad cerebral, especialmente en áreas relacionadas con la lectura y la toma de decisiones.
Cantar y seguir ritmos fortalece la coordinación motriz y la inteligencia emocional.
Y además… ¡reduce el estrés! Sí, también en ellos.
La música no es solo entretenimiento: es estímulo, aprendizaje, expresión y emoción.
Beneficios concretos de la música en la infancia
🎶 Estimula el lenguaje: al cantar, los niños amplían su vocabulario y mejoran su pronunciación.
🧠 Fomenta la memoria: las canciones con repeticiones y rimas ayudan a recordar conceptos.
💓 Potencia la conexión emocional: cantar juntos crea lazos afectivos, seguridad y alegría compartida.
💃 Invita al movimiento: bailar, seguir el ritmo, aplaudir… todo suma al desarrollo motriz.
🎵 Promueve la creatividad: improvisar con sonidos, inventar letras, tocar instrumentos… es pura creación.
¿Cómo incorporar más música en casa?
Cantar (aunque desafinemos): No importa la voz. A ellos les encanta cómo cantamos nosotros.
Crear momentos musicales diarios: en la ducha, en el auto, al ordenar juguetes… todo momento puede tener su canción.
Tener instrumentos a mano: no tienen que ser caros ni profesionales. Un tambor, una guitarra de juguete, unas maracas, o hasta una olla y una cuchara.
Bailar juntos: el cuerpo también necesita expresarse. No hay que saber bailar, solo animarse.
Explorar ritmos distintos: desde canciones infantiles hasta folclore, música del mundo o clásicos suaves. Todo suma.
¿Qué juguetes musicales recomendamos?
✔️ Guitarras didácticas con sonidos, botones y colores que estimulan el oído y la curiosidad.
✔️ Xilófonos o tambores infantiles: ideales para la coordinación mano-ojo y la exploración sonora.
✔️ Peluches o libros musicales: suaves, seguros y con melodías simples.
✔️ Instrumentos de madera para los más grandes, que quieran “tocar en serio”.
✔️ Instrumentos simulados: que inviten a repetir, cantar y moverse.
En casa, la música no falta. A veces es la excusa para un abrazo, otras para movernos y reírnos sin razón. Pero siempre está. Porque la música, al igual que el juego, es parte de lo que los hace crecer con alegría, confianza y conexión.